sábado, 3 de marzo de 2012

¿Qué hora es allí?

Hablar con alguien que vive en un día diferente al mío no es nada nuevo en mi vida. Pero este año es más acentuado que nunca anteriormente.

Muchas veces me encuentro hablando con gente que vive en diferentes momentos del día (tarde, noche, mañana, madrugada) que yo. O hasta en días anteriores o posteriores. 

Mientras yo me arreglo para salir, Cabrita Narváez se levanta con resaca en Mumbai. Y Paula vuelve de fiesta en Madrid.

Mis padres me llaman el domingo a la hora del té, y yo justo me levanto con bastante "esfuerzo". Y el jueves cuando llego a casa después de trabajar, Martín acaba de entrar en su oficina del piso 75 en Taiwan.

El domingo a mis 10h de la mañana, mis abuelos llaman mientras meriendan.

Vivir en franjas horarias tan distintas de tus seres queridos produce situaciones rarísimas. 

Puedo llegar un viernes a casa a las 2h en Nueva York... Y que me llame "Truhán Domènech", que vive su mañana de sábado en Singapur, para plantearme problemas estéticos.

Y al rato, recibo un sms de Brian, que vive en Los Ángeles y por tanto a tres horas menos que yo, para contarme algo mientras se está arreglando para salir a cenar.


A veces tengo insomnio, y Mr. Schvartzman, que vive en Londres me abre Skype y pregunta: "¿Estás bien? ¡Pero si son las 5h de la mañana allí!".

Gracias a vivir permanentemente comunicados, Skype, whatsapp, gchat, FB... Jaime me puede mandar un beso de buenas noches al tiempo que yo acabo de comer brunch.

Tener al alcance al mundo entero es  muy bonito, interesante, pero un lio. 
Un señor lio.


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