Lo juro, mi intención durante meses era la de volver a casa y establecerme.
Empezar a ser un adulto, o sea, alguien con una casa, un trabajo indefinido, pagar seguros, letras de IKEA (cosa "trista" on les hagi)m etc.
Pero me puse a hacer entrevistas. Pocas, la verdad, y a la cuarta me dijeron: ¿Quieres irte a Nueva York?
Empezar a ser un adulto, o sea, alguien con una casa, un trabajo indefinido, pagar seguros, letras de IKEA (cosa "trista" on les hagi)m etc.
Pero me puse a hacer entrevistas. Pocas, la verdad, y a la cuarta me dijeron: ¿Quieres irte a Nueva York?
Moments of doubt: 0,01".
Pensé en alguien, en el frío, en pisos con ratas, en su metro cutre, en ser una Rudolph perpetuamente pobre...
Y después viene lo complicado y lo surrealista: vivir en Nueva York de una forma legal y cómoda.
Un ejemplo de ello es la conversación bizarra con una señora del IC3X:
Rudolph: - Hola, llamaba por temas de visados, porque me han dado la plaza de Matarromera en Nueva York...
Funcionaria: - Oh, felicidades, reina, felicidades.
R. - Gracias, estoy muy contenta porque me gusta mucho el sector del vino y...
F. - No digas eso, hija, que parecerá que quieres emborracharte.
R. - Bueno, he dicho el sector del vino... Pero me lo apunto...
Pronto un especial: anuncios de pisos para compartir en Nueva York.
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