sábado, 24 de marzo de 2012

Saludando al vecindario

He vivido en nueve barrios diferentes en mi vida. Desde la pueblerina Vic a la sofisticada Estocolmo, pasando por el popular y genial Chamberí de Madrid.

Y nunca he saludado a nadie.

En mi pueblo, pequeñísimo, saludaba a la gente porqué allí todo el mundo mueve la cabeza al ver a otro ser humano. Pero poco más. 

En Suecia la interacción humano-humano sólo se da vía alcohol. Ergo, nunca saludé a nadie. Ni mucho menos medié dos palabras (son suecos).

Y ahora me encuentro en Nueva York, la ciudad más grande en la que he vivido, y dónde conozco a vecinos, transeúntes, tenderos.

Sé el nombre de la cartera y la saludo efusivamente (ella lleva jamón a mi puerta). Las chicas de la lavandería me hacen precio y me cuentan sus problemas con el jefe. El chico de la floristería sabe que me molan las tulipas lilas, y las lilas rojas -y me llama Estela.

Todo esto es nuevo. Nunca había confraternizado con vecinos. 

En varias ocasiones había abusado de su amabilidad al dejarme las llaves dentro y tener que esperar en su casa. Pero es que aquí nos han invitado a cenar -a mí y a mis compañeros.
Ayer, por ejemplo, los vecinos de delante al ver que sacaba la basura toda elegantona, se ofrecieron a tirarlas por mí. Y un día, una vecina viéndome salir de un coche muy cargada, me ayudó con todos mis paquetes.

Supongo que en una ciudad tan grande, es importante sentirte parte de algo. 

Yo ya me siento del "Barrio".


Awakening.

Hoy me he dado cuenta que ya llevo una vida adulta.

No llegó con mi primera nómina, ni cuando me llamaron señora por primera vez y aún mucho menos cuandoe compré un anti-arrugas...

¡¡Ha llegado con levantarme a las 9h un sábado!! ¡Y ni me he girado a dormir más!

Yo era una reconocida marmota. Un lirón evangelizador de las bondades del sueño. Una adicta a las cabezaditas en cama, sofá, asiento de avión...

Y hoy me encuentro despierta a horas decentes, casi con el canto de las sirenas del Monte Sinaí de la calle 101.

Definitivamente, se acerca eso tan inevitable de ser una treitañera.
 
 
PD: hace unas semanas me llamaron "Cougar", puede que ahí empezara la decandencia.

martes, 20 de marzo de 2012

De les persones més properes no en tinc fotos

Fa un moment pensava que no tinc cap fotografia amb la Bet.

La Betsi va ser durant quatre anys la meva millor companya de pis. Ens vam anar descobrint a poc a poc, per acabar sent una referència mútua.

Gràcies a mi la Bet es va posar per primer cop uns talons (que li feien unes cames brutals). I per culpa de la seva, jo vaig acabar anant a veure películes sobre reciclatge -uecs.

I no tinc cap foto amb ella, de les dues juntes.

Així que penjo aquesta, que em fa molta gràcia :P

 
B: -Formatge per la rata Lester de casa...


Tampoc tinc cap moment inmortalitzat amb la Paula. La meva parella de fet, amor platònic a la distància i cerdinya preferida.

I té "pebrots del piquillo" la cosa! Perquè la Paula i jo ens vam conèixer en una època de fotos i fotos, i exaltacions etíliques de l’amistat immortalitzades per càmeres!

I aquí la instantànea en la que estem més properes...


Y nos separa una bolsa de Cheetos...


I la pitjor, perquè té delicte: ni una foto amb la Neru.

Quatre anys de carrera juntes. Un d'ells vivint al mateix pis de Vic.
Un any i mig compartint pis a Barcelona.

L'hereva dels meus mobles i edredons. I records.

La persona amb qui més he parlat, plorat i compartit.

Ni una miserable foto plegades.

Lester es el conejo. Nerea, es la otra.


Sort que l'amistat no es mesura en fotografies.



Los habitantes más felices de Manhattan


Cada día de mi vida aquí me fijo en ellos. Les veo por la ventana al levantarme; cuando salgo de casa, ellos pasean por el parque; en el metro van dentro de bolsos Louis Vuitton...

Quien mejor vive en Manhattan son los perros.

Hoy al volver al piso he conocido a Ruby, la teckel de mi vecino, que justo celebraba su 2º cumpleaños. 
No exagero si afirmo que es uno de los perros más felices que he visto nunca. Es una salsicha marroncita que se mueve compulsivamente a la altura de los tobillos.

"You are going to be kidnapped"

Después está Tess, que es una galgo presumida que quiso probar nuestro sofá antes que nosotros, los propietarios. Estaba en el vestíbulo del edificio esperando a poder subir el mueble, y plam: pilló el sofá con más ganas que yo un domingo.

Tess and her morning stroll.

Baby de paseo con mi vecina del 6º.
Lion marca el ritmo de su propietario, que sé que vive por mi edificio, pero ni idea de su nombre.

Lo más significativo es que después de casi tres meses viviendo en el edificio, conozco a la mitad de los inquilinos perrunos, pero ningún nombre de sus propietarios.

Cosas que pasan en Nueva York, malas.







-Ver un atraco. 
(Y que te digan: “Llama al 911” y no encontrar el teléfono).



- Ser atracado.  



 

- Atracar.  
(Aún no, pero NY es muy cara).



- Entrar en un vagón de metro maloliente debido a vagabundo que no ha recordado ducharse -en meses.
 
(Y que todos los pasajeros del vagón contiguo se rían de ti). 




- Que alguien me robe mis Manolo Blanick Zara.




- Ver una escena –cinta, tiza, sangre, etc.- de "Crime Investigation" 
(Delante del edificio vecino…).









- Encontrarte en medio de un rodaje y/o una redada policial.
(Por suerte, ha sido la opción 1.)




- Pillar chinches en casa.
(Aunque vivo al límite. Lo reconozco).





- Tener que llamar a urgencias porqué alguien se está muriendo en la calle.
 




- Caer en uno de los lagos de Central Park. 
(Todo se andará y ¡será culpa de un pato!)



 
- Tropezar con un famoso y ser atacado por sus gorilas. Y gritar: “¡Drink Spanish Wine, Mr. Trumph!” 
(A mí no me ha pasado, pero a mi compañero de curro, sí).

  
 
- Llegar a casa y que haya un ataúd en la puerta.

(Ayer mismo.)

viernes, 16 de marzo de 2012

Hell's Gate

O el nombre de mi oficina de correos: La Puerta del Infierno.

Quería escribir un texto inspirado sobre este sitio, pero... he encontrado esto y creo que su alta calidad merece simplemente publicarlo:

"This place could not be more appropriately named... "Hell's Gate". It is indeed... the gates of hell. You will go in a man of character and principals... and you will leave a soulless hollow shell of your former self, feeding on the pain, sadness and disappointment of others. This is a dark place where un-dead Government slaves go to die a new daily death 5 days a week, thoughtlessly and mechanically operating at the bare minimum of possible productivity and output. Their reanimated dead tissue occasionally recognizes other tortured souls amongst them when the inmates, or "customers" as they are sometimes called, periodically smash their fists against the bulletproof glass and scream agonizing cries of soul-crushing frustration... an involuntary emotionally act utterly futile in altering the worker zombie's totally dispassionate disposition. Sacrifice a virgin goat before you enter this previously undiscovered gate to hell."



Esta es mi oficina de correos en Nueva York.



 

viernes, 9 de marzo de 2012

La puerta.

Hoy han puesto puerta a mi habitación.

Y me he preguntado sobre lo que significa este objeto.



En este caso la puerta es mi intimidad, pero a la vez, es cerrarme al resto del mundo. Estar sola y soledad, que no es lo mismo.

Una puerta, de casa; de la oficina; de una habitación significa muchas cosas. Detrás de ella puede haber algo bueno, o malo. Crea intriga, porqué detrás hay un mundo que no te pertenece. O puede que un desinterés total.

También sirve para mantener el calor. Actúa de protección frente a lo externo. Evita que mi habitación huela a coliflor, a la vez que preserva el olor de mi colonia.

Es no compartir mis vistas al parque. O dar acceso a esa belleza.

Una puerta crea expectación, de la misma manera que puede anular la curiosidad de golpe.

Después de cuatro meses viviendo sin puerta...

Hoy decido cuándo dejarla abierta.

lunes, 5 de marzo de 2012

El dia que la teva iaia t'agrega a Skype...

La gent més propera a mi sap de l'adoració secreta que tinc cap a la meva iaia materna. I dic secreta perquè ella no ho sap.

Els meus altres avis, per exemple, són d'anunci. Dels que compren regals als nèts, fan petons plens de "carinyo" i et donen caramels per tenir-te ben mimat. Són la definició d'avis perfectes.

En canvi, la meva iaia materna no la podria definir així. Ella és el que en anglès es diria "cool" (guay pels quatre anti-anglicismes).

Per començar, la meva iaia és capaç de fer dotze jerseis -un per nét- cada Nadal. I em direu que això no és tan estrany en iaies... Doncs no, no ho és. El que és estrany és que ara que ja no fa tanta mitja compra els regals on-line!

Quan als 20 anys vaig marxar a estudiar a Estats Units va decidir que es comprava un ordinador, per tal de poder-se comunicar amb mi. 
Però ella no és va anar a lo fàcil... No. Es va comprar un e-book i va aprendre a fer servir un sistema operatiu de MAC.

Brutal era tenir encès el Messenger -que era el que es portava llavors- i veure la finestreta que diu: "Iaia s'acaba de connectar."


És una àvia moderna, més d'esquerres cada dia que passa; que va a la universitat de la gent gran i a classes de ikebana. Prgmàtica com ella sola, és clienta d'una perruqueria xinesa perquè "És on millor em deixen el cabell, i amb massatge inclòs!."


Aquí la iaia lluint cavellera Made in China, i ulleres última tecnologia de vidres graduables segons la llum.

Però la iaia no només és especial per la seves aficions tecnològiques. A mi m'encanta explicar que el meu pare i ella, és a dir, gendre i sogra, es porten magníficament. La prova definitiva és que el meu pare quan veu la possibilitat de fer un viatge diu: "Truca a la iaia per si vol apuntar."
 
La meva famosa mala llet és herència directe d'aquesta iaia, i és que és dura com una roca, a la vegada que sincera i cuidadora.

No fa massa em va explicar que quan jo vaig néixer -vaig ser la primera dels dotze nèts i netes- estava tan contenta, que sentí la necessitat de fer una pancarta que posés: "Acabo de ser àvia" i sortir al carrer a dir-ho a tothom.

No crec que hagi d'afegir res més.


sábado, 3 de marzo de 2012

¿Qué hora es allí?

Hablar con alguien que vive en un día diferente al mío no es nada nuevo en mi vida. Pero este año es más acentuado que nunca anteriormente.

Muchas veces me encuentro hablando con gente que vive en diferentes momentos del día (tarde, noche, mañana, madrugada) que yo. O hasta en días anteriores o posteriores. 

Mientras yo me arreglo para salir, Cabrita Narváez se levanta con resaca en Mumbai. Y Paula vuelve de fiesta en Madrid.

Mis padres me llaman el domingo a la hora del té, y yo justo me levanto con bastante "esfuerzo". Y el jueves cuando llego a casa después de trabajar, Martín acaba de entrar en su oficina del piso 75 en Taiwan.

El domingo a mis 10h de la mañana, mis abuelos llaman mientras meriendan.

Vivir en franjas horarias tan distintas de tus seres queridos produce situaciones rarísimas. 

Puedo llegar un viernes a casa a las 2h en Nueva York... Y que me llame "Truhán Domènech", que vive su mañana de sábado en Singapur, para plantearme problemas estéticos.

Y al rato, recibo un sms de Brian, que vive en Los Ángeles y por tanto a tres horas menos que yo, para contarme algo mientras se está arreglando para salir a cenar.


A veces tengo insomnio, y Mr. Schvartzman, que vive en Londres me abre Skype y pregunta: "¿Estás bien? ¡Pero si son las 5h de la mañana allí!".

Gracias a vivir permanentemente comunicados, Skype, whatsapp, gchat, FB... Jaime me puede mandar un beso de buenas noches al tiempo que yo acabo de comer brunch.

Tener al alcance al mundo entero es  muy bonito, interesante, pero un lio. 
Un señor lio.